domingo, 4 de octubre de 2009

Grandes diferencias


Cuando uno llega a un país extraño lo primero que hace es comparar. Esto en casa es distinto, aquello allá se hace de otra forma, esto no lo consigo, lo de mas allá no existe.

Las cosas que más me afectaron al momento de nuestro arribo son:

1- El clima: Especialmente cuando uno llega en verano. Apenas se abren las puertas del aeropuerto uno siente que le acaban de tirar una bolsa de arena. La humedad es espantosa, el aire irrespirable. Bárbaro para personas como yo que normalmente tenemos la presión por el piso.

2- El orden: Sera que uno está acostumbrado a preguntar por todo para llegar a cualquier lado, aquí no solo que no hace falta sino que uno no encuentra a quien, o como diría mi marido: son tan ordenados que me dan asco.

3- Gente de otro color de piel. Ver morochos no es algo común en Argentina. Hoy en día me resulta extraño no verlos cuando vuelvo de visita.

4- La ensalada de acentos en español: cubanos, venezolanos, colombianos. Seguro que eso es español? Cómo? Qué dice? Ah!! Cuidado con lo que uno dice que en colombiano puede significar algo feo, feo o al revés. Todavía recuerdo la primera vez que escuche a una amiga decir cachucha, casi me desmayo y al final resulta que simplemente es una gorra con visera.

5- Comida: Fue toda una aventura ir por primera vez al supermercado. Como serán de ordenados que un viejito nos pregunto porque los chicos no estaban en la escuela. Por supuesto en ingles, así que medio puchereando le dijimos que no éramos de aquí. Como miércoles le íbamos a explicar todo el bollo de la mudanza. Imposible conseguir el mismo tipo de productos. El pan rallado no viene solo sino con veinte tipos distintos de condimentos. La sal no sala, el azúcar no endulza, la leche sabe distinta. Como vamos a hacer para tomar mate, hacer tartas o empanadas, ni que decir de nuestras milanesas. Nos llevo tiempo pero lo logramos. Ah! Me olvidaba, la parrilla. Los americanos hacen todo a la llama no a la brasa. Fue duro intentar por primera vez encender el carbón que por supuesto no es carbón natural sino sumamente procesado con vaya a saber uno cuanto producto químico para solo acercar el fosforo y gozar de una llama prominente. La vagancia se impone a lo autóctono.

6- El paisaje: Ver palmeras. Muy divertido, el problema es cuando se cae alguna de las hojas, pesa una tonelada. Todo es muy parecido, al menos en Weston. No hay referencias, las calles son circulares, arboladas, con el mismo tipo de arboles como para que sea exactamente igual doblar a la derecha que a la izquierda. Hablan de Norte, Sud, Este y Oeste. Qué miércoles, decime si tengo que doblar a la derecha o a la izquierda! Gracias a Dios que inventaron el GPS sino todavía estaba buscando cómo hacer para llevar a los chicos a la escuela.

7- Transporte: No hay colectivos ni taxis, ni subtes. Arreglatelas como puedas. Con suerte si queres podes ir en bicicleta al supermercado, eso si, roga que tengan una fuente de agua o llevate una botella porque vas a llegar deshidratado.

8- Estaciones: Hay solamente dos: con y sin huracanes. Llueve con sol y muy sectorizado en la época de lluvia. Cualquier plan que involucre andar por la calle tiene que ser minuciosamente calculado. Si es por la mañana se puede obviar el paraguas, por la tarde sería un suicidio.

9- Las proporciones: Todo es más grande. Ojo con la interpretación. Las porciones de las comidas en los restaurantes es mucho más grande, los autos son más grandes, aunque ahora con el aumento en el precio del petróleo eso está empezando a cambiar. Los electrodomésticos son más grandes y se pelean a ver quien tiene el último modelo, desde el auto hasta el celular pasando por la computadora o el último invento tecnológico.

Habría muchas más pero no quisiera resultar pesada. Dicen que en la variedad está el gusto. La rutina y las cosas que nos dan la sensación de familiaridad a veces hacen falta.


Los extraño!!!

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